Los neumáticos en mal estado pueden acarrear otras averías en tu vehículo y ocasionar accidentes ya que disminuye la seguridad en la conducción.
En Pellicer Motor hemos hablado en muchas ocasionas de la influencia de las ruedas en la seguridad de los vehículos. Conducir con unas gomas en mal estado puedo ocasionar accidentes y, desde luego, disminuye la seguridad en la conducción. Pero, además, unos neumáticos en un estado inadecuado pueden producir averías graves en otras parte del coche. Poca o demasiada presión o un desgaste excesivo, pueden acarrear un gasto extra, además del neumático.
El número de vehículos que circulan con neumáticos en mal estado en España es más significativo de lo que sería deseable. Además de ser el elemento de unión del coche con la carretera y, por tanto, esencial para mantener su control, también afecta a otros sistemas y elementos mecánicos. Sorprendentemente los conductores suelen ignorar estos factores sobre el vehículo. Ya va siendo hora de conocer qué elementos mecánicos pueden estropearse si descuidamos el mantenimiento de los neumáticos.
Para simplificar, estas son las tres deficiencias que más problemas nos van a acarrear: tener más presión de la debida, llevar los neumáticos poco hinchados y tenerlos desgastados. Y las partes del coche que más se ven afectadas son la suspensión, las rótulas, los rodamientos, las llantas y hasta el propio bloque motor.
- PRESIÓN EXCESIVA. Llevar los neumáticos del coche con una presión por encima de la recomendada, supondrá un desgaste prematuro de la parte central, con la consiguiente pérdida del dibujo, provocando problemas de agarre. La suspensión se verá afectada pues podría llegar a tener un “rebote” excesivo por la fuerza ejercida por el neumático, ya que no absorberá prácticamente ninguna irregularidad del terreno. Del mismo modo, se pueden producirse excesivas vibraciones que pueden afectar a diferentes partes mecánicas, dirección, alineación, etcétera. Y al final, llegar a tener que cambiar los amortiguadores.
- POCA PRESIÓN. Si los neumáticos han perdido presión y está por debajo de la que le corresponde (indicada por el fabricante del vehículo), se desgastarán por los laterales, tanto internos como externos. Con los neumáticos desgastados, los problemas no tardarán en aparecer: en primer lugar, se pierde agarre y estabilidad, pero lo más grave es que las gomas lleguen a separarse de las llantas. Esto hará que no podamos controlar el coche… y el accidente esté garantizado.
- PLANO EN LAS RUEDAS. Un plano es ese desperfecto que se le provoca a los neumáticos cuando realizamos una frenada con bloqueo de las ruedas, lo que no se produce en los vehículos con sistemas ABS. Además de que hay partes de la suspensión que se resentirán, los rodamientos de las ruedas sufrirán muchísimo y se estropearán, convirtiendo el problema mecánico en algo muy peligroso. Cada vez que la zona plana contacte con el asfalto, el rodamiento recibirá un “impacto” que puede deteriorarlo antes de tiempo. La revisión de este elemento en condiciones normales se suele hacer a los 160.000 kilómetros. El plano del neumático también hará que vibren las juntas homocinéticas que unen los palieres con las ruedas. Y mucho ojo, porque esta tampoco es una avería barata. Y peligrosa si, además, se produce la rotura de una de las juntas. Si sucede, nos podemos encontrar con una cascada de averías importante. Por ejemplo: las ruedas no reciben potencia, o sea, el coche pierde velocidad si vamos en llano o en subida y se desboca en bajada. Además, si mantenemos el pie en el acelerador, dicho motor se revoluciona en exceso y no “retiene”. Por tanto, al no tener conexión con las ruedas, el motor no se puede usar como “freno” aunque soltemos el acelerador, como ocurre normalmente. En este caso, tendremos que parar el coche únicamente con los propios frenos. El exceso de vibración que causa un plano en el neumático también puede romper la dirección.
En Pellicer Taller estamos encantados de asesorar a nuestros clientes y amigos en todos los aspectos relacionados con los neumáticos. Nuestra intención es prevenir cualquier avería porque la seguridad en la conducción es el objetivo final.